«Su profesionalidad y dedicación superan con creces cualquier expectativa. Teníamos claro que queríamos un vídeo que contara una historia. Es muy emocionante recibir las entrevistas sin cortes, verlas juntos y descubrir qué dijo el otro en cada pregunta. El resultado ha sido espectacular, piel de gallina. Una historia con latidos que vivirá con nosotros para siempre.»
Judith y Jaime
La boda es el clímax de una gran historia. Es pura emoción, el momento donde vuestro amor se convierte en una fiesta épica e inolvidable. Pero se vuelve sublime al completar con una película documental que os recordará por qué os casasteis. Cada vez que la veáis.
Para que esa emoción se convierta en un legado de más de 100 años, es vital que la película tenga un relato sólido. Por eso, mi enfoque va más allá del tradicional vídeo de boda, construyendo esa narrativa en 3 fases:
Fase 1 –EL CAFÉ: Nos conocemos sin cámaras, solo un lápiz y una libreta. Yo pongo preguntas sobre la mesa y vosotros vais explicando vuestra historia.
Fase 2 – EL RODAJE: Sesión de filmación previa a la boda. Incluye dos entrevistas individuales donde ninguno sabrá qué dijo el otro hasta ver la película.
Fase 3 – LA GUINDA, VUESTRA BODA: Capturo la celebración como el clímax emocional y el final perfecto de vuestra historia.
Lo primero que hice cuando salí de la escuela de cine fue filmar bodas. Lo que comenzó como un trabajo para pagar facturas se convirtió en una aventura de seis años donde aprendí sobre mi profesión, la vida y la amistad.
Filmar una boda era aprender a controlar la inmediatez, aprender a captar todas aquellas miles de historias que pasaban delante de mi cámara.
Después de seis años el video periodismo se cruzó en mi vida con una colaboración puntual para AP (Associated Press) que se convirtió en otra aventura. Volcanes en Islandia, auroras boreales en Noruega, un mundial en Brasil, más viajes y más historias que contar.
Junto a mi socia, fundamos La Cerilla Films, una productora donde seguimos contando historias. Sin embargo, algo sigue rondando mi mente: Germán, ¿por qué sigues pensando en volver a filmar bodas?
La respuesta es simple: porque en las bodas, su parte más pura, su esencia, son las historias que hay dentro. Eso es lo que me ha impulsado a volver al origen.
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Trabajamos en tres fases:
Sentarnos a tomar un café, dar un paseo o tomar unas cañas. Lo que importa es compartir un tiempo sin prisas donde poco a poco y a través de una serie de preguntas que os voy lanzando vais contándome quiénes sois, de dónde venís, adónde vais. Gracias a ese encuentro con vosotros establezco los ejes principales de vuestra historia.
Antes de La Boda tendremos nuestro primer día de rodaje.
Elegiremos un lugar donde os sintáis cómodos para filmar las entrevistas y una serie de escenas extras que nos sirvan a contar visualmente vuestra historia.
En este punto vuestra película ya empieza a coger forma.
El día de vuestra Boda todo fluirá entre nosotros. Ya hemos compartido un tiempo y ya nos conocemos.
Saber de vosotros me hace sentir que formo parte de vuestro día. Y esa información me ayuda a saber dónde estar atento para capturar aquello que esta pasando.
Así, crearemos una película que refleje vuestra historia de una manera única, auténtica y emotiva.
¿Contamos vuestra historia de amor?
Tomemos un café y empecemos.
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